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Por la recuperación del espacio público

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Texto de la colectividad libertaria del barrio ateniense de Marusi Diapasón, publicado con motivo de la decisión de la autoridad municipal de contratar a maderos privados para guardar el centro comercial del barrio.

A principio de abril se puso en marcha el proyecto del alcalde de Marusi Patulis, quien quería que el centro comercial de Marusi estuviese guardado por un grupo de agentes de seguridad privados, además de las fuerzas policiales. Y eso no por haberse notado algo que justificara, aunque fuera aparentemente, la presencia de más guardias en las calles de nuestro barrio, sino porque el señor alcalde piensa algo más hondo. Y si no ha habido ningún peligro de hacerse daño en el centro comercial, ¿entonces qué es lo que lo ha conducido a tomar esta decisión?

El principal objetivo de la autoridad municipal es demostrar, por todos los medios, es que Marusi es, y seguirá siendo cada vez más, única y exclusivamente un centro de consumo esterilizado. Puedes andar libremente por las calles del barrio mientras ves los escaparates de las tiendas, puedes hacer uso de las plazas del barrio si participas en las fiestecitas comerciales (mercantiles) de tipo “Noche Blanca”. Si tienes, sin embargo, otra opinión sobre lo que es el espacio público, cuál es tu posición en este, y cuáles son las acciones que puedes hacer para aprovecharlo, el señor Patulis se dedica a recordarte que la libertad de los ciudadanos empieza y termina en las bolsas llenas de compras de los consumidores. Y no decimos que estos señores (que sueles ser muy mayores) puedan impedir alguna acción nuestra en el barrio, sino que contribuyen a la creación de una imagen de Marusi al borde del “tranquilidad, orden, seguridad”.

Su trabajo es contribuir a reforzar la sensación de seguridad entre los ciudadanos, garantizar, aunque sea sólo por el sensacionalismo, la normalidad. Porque puede ser que nunca hayamos pensado que estamos amenazados de alguna manera, sin embargo, cuando llegaron los maderos privados nos convencimos de que quizá Marusi tenga un problema, pero afortunadamente el señor Patulis ha actuado con antelación por nuestro bien e hizo lo que todos esperábamos que hiciera una autoridad municipal prudente: Proteger a sus ciudadanos de una amenaza invisible.

Esta amenaza puede ser jugar o portarse de una manera animada en las plazas, si debería limitarse a tomar un café en sus cafeterías. Puede ser la reivindicación del espacio público con argumentos políticos (que no tienen cabida en un Marusi tranquilo), si debería estar en casa viendo en la tele la última entrevista de nuestro alcalde. Por eso, tenemos una agencia de seguridad privada guardando las mesitas y las sillas, velando por la normalidad del proceso de tomar un café. O sea, que vamos pasando a un modelo de privatización, informal pero real, de los espacios públicos en el centro de Marusi, en aras de una estética impuesta, la cual ha traído a nuestro país un viento de desarrollo, aunque no hemos entendido cómo.

No podemos dejar que Marusi se convierta en un barrio de consumo esterilizado, porque no cabemos en el marco que nos quieren situar, porque nos oponemos al comportamiento que ellos quieren que tengamos, porque para nosotros los espacios públicos son un campo de interacción, lleno de debates, música y acciones, y porque tenemos ganas y podemos sacarlo de su inercia.

Colectividad libertaria Diapasón

El texto en griego.


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